La hegemonía parlamentaria que obtuvo el kirchenrismo en 2005 -cuando Cristina quebró el dominio duhaldista en la Provincia- se pone en juego en la elecciones. Se renovarán un tercio del Senado y la mitad de Diputados.
La fortaleza y el futuro político del kirchnerismo tendrá su prueba de fuego en junio u octubre, según sancione o rechace el Parlamente el proyecto de ley que mandó la Rosada para anticipar la compulsa electoral. Después de cinco años de gobierno, y a casi dos del inicio de la gestión de Cristina Fernández, los argentinos elegirán nuevos diputados y senadores nacionales. Una instancia clave en la que se pondrá en juego la mayoría parlamentaria que el oficialismo obtuvo en 2005 y que usó para imponer sus proyectos casi sin concesiones hasta la guerra gaucha.Luego de que el kirchnerismo perdió la compulsa con el campo, y aun cuando pudo sancionar leyes claves como la reestatización jubilatoria y de Aerolíneas, la mayoría del oficialismo en ambas cámaras ya no es segura. Su número oscila entre los 130 y los 140 votos de los 257 que hay en Diputados. Y entre los 36 y 40 de los 72 que hay en el Senado.Con este escenario, se votará en los veinticuatro distritos para cambiar la mitad de la Cámara baja. También se renovará un tercio del Senado, con recambio en ocho provincias: Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán. Teniendo en cuenta que en provincias como Santa Fe, Córdoba y La Pampa podría aparecer un voto castigo hacia el Gobierno, por el rechazo que provoca el hermetismo K, las incumplidas promesas de campaña de Cristina (mejora institucional, apertura y diálogo, entre otras) y el agravamiento de la crisis económica y del campo, el kirchnerismo parece estar condenado a perder su mayoría parlamentaria y constituirse, tal vez, en primera minoría con pronóstico reservado.En Diputados, la lucha será distinta. El peso de los caciques del PJ kirchnerista del conurbano hará que la balanza sea difícil de equilibrar a favor de la oposición, teniendo en cuenta que ese distrito representan el 37% del padrón nacional. Sin embargo, la alianza entre Solá y De Narváez y la ascendente Stolbizer pueden empalidecer una victoria que Kirchner daba por descontada hasta hace poco menos de un mes.LOS QUE SE VAN. Figuras políticas importantes, tanto del oficialismo como de la oposición, deberán dejar o renovar su banca este año. En Senadores, por parte del oficialismo la baja más notoria será la del correntino Fabián Ríos, quien ocupa la titularidad de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y que no renovará su cargo, sino que ya se postuló como candidato a gobernador por su provincia para las elecciones de este año. En Corrientes ocurrirá la única elección ejecutiva. Ríos se la tendrá que ver con el actual mandatario provincial, Arturo Colombi, quien anudó un acuerdo con el vice Cleto Cobos.También dejarán sus bancas dos polémicos hombres del justicialismo. El empresario aceitero, Roberto Daniel Urquía, quien se distanció del Gobierno luego del conflicto con el campo y Ramón Saadi, que tuvo su minuto de fama durante la votación de la 125 por su "sorpresivo" voto a favor del kirchnerismo.Por parte de la oposición, dos hombres muy importantes finalizan su mandato. El mendocino Ernesto Ricardo Sanz, jefe del bloque del radicalismo y el santafesino Rubén Héctor Giustiniani, del bloque socialista. Por el momento, ninguno de los dos ha lanzado su candidatura. A este panorama, se suma el santafesino justicialista Carlos Reutemann, quien en octubre buscará renovar su cargo, ya apartado del kirchenrismo.En diputados, las figuras más relevantes que dejan su cargo son el sindicalista gastronómico José Luis Barrionuevo, el duhaldista Francisco de Narváez y el abogado de la CGT y titular de la comisión de asuntos laborales, Héctor Recalde...
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