Inseguridad
El estado debe articular políticas claras que expresen una síntesis de equilibrio entre contención social, prevención y represión del delito. Sólo abordando complementariamente las tres facetas se arribará a una verdadera solución al problema
La cuestión de la inseguridad constituye, según todos los indicadores de la actualidad, la principal preocupación ciudadana. Sin lugar a dudas este tema se halla en el centro del debate político, en la medida en que a diario alguien se expide en relación al delito, sus causas, consecuencia y formas de erradicarlo.
Algunos atribuyen el fenómeno a la pobreza, a la marginalidad y a la exclusión social. Otros a la ausencia de rigurosidad en la aplicación de la ley penal o a su benignidad intrínseca.
Impregnada de prejuicios, la discusión pública sobre la inseguridad luce inconducente por donde se la mire. Cada actor, conforme al lugar que ocupa, insistirá en su postura sin otra finalidad que no sea sostener su perspectiva ideológica. Mientras tanto padecemos la inseguridad como una amenaza palpable a nuestras vidas y nuestros bienes pero también a nuestros derechos y calidad de vida. Sentimos a diario frente a cada hecho de inseguridad, que las instituciones se revelan incapaces de resolver este problema.
Es por ello que quienes formamos el Equipo Radical estamos convencidos que el estado debe abordar la problemática articulando políticas claras que expresen una síntesis de equilibrio entre contención social, prevención y represión del delito. Ninguna de esa facetas por sí sola es portadora de una solución al problema, de modo que es necesario una adecuada complementación de estas tres dimensiones en la política estatal sobre la materia.
Por ello proponemos acciones concretas en:
- Contención Social: combatir especialmente la corrupción, el narcotráfico, las economías delictivas y las diversas manifestaciones del crimen organizado.
- Prevención: equipar y capacitar a las fuerzas de seguridad en el uso de las modernas tecnologías de investigación delictiva, de modo que podamos contar con una policía eficaz en la prevención del delito y, dadas las circunstancias, en la investigación, esclarecimiento y detención de sus autores.
- Represión del delito: dotar a la justicia penal de la capacidad necesaria para investigar y juzgar a los autores en tiempo oportuno.
Estamos seguros de que la conjunción de estas medidas contribuirá a disminuir el delito y aumentar la seguridad ciudadana sin necesidad de recurrir a recetas mágicas o alquimias impracticables, y transformará en estéril un debate que fluctúa desde los voceros del castigo impiadoso y las prácticas inquisitoriales a los voceros del todo vale.
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