Un día como hoy, de 1989, Raúl Alfonsín traspasaba, por primera vez en la historia, su mandato presidencial a un par de otro partido elegido de manera democrática. Por el historiador César Arrondo
Cuando el 8 de julio de 1989 Raúl Alfonsín traspasa el mando presidencial a un par elegido democráticamente -a Carlos Menem-, podemos destacar la difícil labor que llevó adelante el líder radical durante su mandato, con el propósito de consolidar el sistema democrático
Uno de los desafíos de la incipiente democracia que se instauró en el país luego de las elecciones que tuvieron lugar el 30 de octubre de 1983 y que llevara a la presidencia de la Nación a Raúl Alfonsín, fue la tarea realizada para democratizar la mayor parte de las instituciones de la República y, en consecuencia, la vida diaria de los argentinos, quienes habían perdido sus derechos más elementales.
Al recuperar un país golpeado por la más terrible dictadura de nuestra historia como Nación independiente, el Presidente Alfonsín se propuso esclarecer lo actuado por las FFAA durante la dictadura. Para ello fundó la CONADEP, con el fin de investigar las violaciones a los DDHH y juzgar y condenar a las tres juntas militares que actuaron en la dictadura, restableciendo de cara al futuro todos los derechos constitucionales que garantizan la libertad de las personas.
Fue Raúl Alfonsín quien se enfrentó a las corporaciones que se oponían a acompañar los cambios que tenían como finalidad democratizar la vida de los argentinos. En ese sentido, Alfonsín, siendo consecuente con su idea de fundar para los tiempos una República democrática, gobernó un país fuertemente endeudado, que contó con escaso apoyo en el exterior para poder atender las urgencias del país y de los que menos tienen.
Además Alfonsín, con el propósito de proteger la incipiente democracia, tuvo que plantarse con firmeza ante los diferentes intentos de golpe de Estado, que los militares que se resistían al proyecto de consolidación de la democracia llevaron adelante durante su gobierno.
El 8 de julio de 1989, en medio de un golpe de estado económico, Raúl Alfonsín cumplió con el más importante de los objetivo de su mandato: consolidar la democracia para todos los tiempos.
Si bien hay muchos hechos de su gobierno que serán dignos de destacar y que permitirán descubrir el tránsito de una Argentina dictatorial a una República democrática, el más revolucionario de todos ha sido que por primera vez en la historia de nuestro país, un presidente democrático entrega el mando a otro presidente elegido por el pueblo, el cual pertenece a otro partido político. El hecho es de fundamental importancia porque, además, garantiza la alternancia en el poder, da comienzo a una nueva etapa de continuidad de nuestra joven democracia, que cumplirá en algunos meses 27 años.
Prof. César Arrondo
Cuando el 8 de julio de 1989 Raúl Alfonsín traspasa el mando presidencial a un par elegido democráticamente -a Carlos Menem-, podemos destacar la difícil labor que llevó adelante el líder radical durante su mandato, con el propósito de consolidar el sistema democrático
Uno de los desafíos de la incipiente democracia que se instauró en el país luego de las elecciones que tuvieron lugar el 30 de octubre de 1983 y que llevara a la presidencia de la Nación a Raúl Alfonsín, fue la tarea realizada para democratizar la mayor parte de las instituciones de la República y, en consecuencia, la vida diaria de los argentinos, quienes habían perdido sus derechos más elementales.
Al recuperar un país golpeado por la más terrible dictadura de nuestra historia como Nación independiente, el Presidente Alfonsín se propuso esclarecer lo actuado por las FFAA durante la dictadura. Para ello fundó la CONADEP, con el fin de investigar las violaciones a los DDHH y juzgar y condenar a las tres juntas militares que actuaron en la dictadura, restableciendo de cara al futuro todos los derechos constitucionales que garantizan la libertad de las personas.
Fue Raúl Alfonsín quien se enfrentó a las corporaciones que se oponían a acompañar los cambios que tenían como finalidad democratizar la vida de los argentinos. En ese sentido, Alfonsín, siendo consecuente con su idea de fundar para los tiempos una República democrática, gobernó un país fuertemente endeudado, que contó con escaso apoyo en el exterior para poder atender las urgencias del país y de los que menos tienen.
Además Alfonsín, con el propósito de proteger la incipiente democracia, tuvo que plantarse con firmeza ante los diferentes intentos de golpe de Estado, que los militares que se resistían al proyecto de consolidación de la democracia llevaron adelante durante su gobierno.
El 8 de julio de 1989, en medio de un golpe de estado económico, Raúl Alfonsín cumplió con el más importante de los objetivo de su mandato: consolidar la democracia para todos los tiempos.
Si bien hay muchos hechos de su gobierno que serán dignos de destacar y que permitirán descubrir el tránsito de una Argentina dictatorial a una República democrática, el más revolucionario de todos ha sido que por primera vez en la historia de nuestro país, un presidente democrático entrega el mando a otro presidente elegido por el pueblo, el cual pertenece a otro partido político. El hecho es de fundamental importancia porque, además, garantiza la alternancia en el poder, da comienzo a una nueva etapa de continuidad de nuestra joven democracia, que cumplirá en algunos meses 27 años.
Prof. César Arrondo
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