Lamento que hayamos llegado al día d en estas condiciones. Se mandó esto al congreso con la finalidad de democratizar un conflicto, con la finalidad que, dentro de la diversidad, amalgamar una solución para un sector de la producción argentino pero que no deja de abarcar a todos los argentinos.
Lamento que hayamos llegado al nivel de discursos con la agresividad a la que hemos llegado. Esta bien que estamos en el Parlamento, que es el lugar, cual otro sino para debatir. Pero no creo que el tema y el conflicto que ha vivido el país en estos últimos cien días, amerite la forma de conducirnos sin agotar las instancias del diálogo sereno, producente y maduro como más de un diputado del oficialismo lo manifestó como anhelo.
Estamos ante la sanción de una ley, de la que se ha hablado mucho de su legalidad. Yo creo que más que demandarla por democratizar el proceso o, a parte de ese objetivo, estaba también el objetivo y quizás en esto disienta con mucho de los que han hablando, estaba el objetivo de blindarla jurídicamente para que la Suprema Corte no pueda revisarla
En el artículo 1 y 2 se le están ratificando legalmente las facultades al Ejecutivo y en el articulo 3ro. se le está dando el carácter de política nacional a la decisión de invertir los fondos que supuestamente serían confiscatorios en un fondo de redistribución a gusto y a decisión política que le es intrínseca por ser el poder de gobierno del ejecutivo.
No discutiremos la legalidad. Llegado el momento, seguramente, lo hará la Suprema Corte. A mi lo que me preocupa, por la beligerancia de los diálogos y del debate, me preocupa la legitimidad con que esta ley esta saliendo. Aluden y han aludido, más de una vez, que goza de legitimidad por los votos obtenidos, el 46 por ciento. Paradójicamente, en mi provincia, la Presidenta no ganó, que es la provincia que más aporta en retenciones de soja.
Pero más allá de eso, los otros días en la comisión, algún diputado del oficialismo habló de que la oposición con la foto del hoy y que esto en realidad era una película.
Este gobierno lamentablemente viene gobernando en función de una película de blanco y negro, una película de blanco y negro porque hace del revisionismo histórico una forma de gobierno, porque hace del contraste una forma de gobernar. Pone permanentemente unos contra otros, oligarquía versus pueblo. Creo que ha llegado el momento de dejar de hablar el pasado y la historia porque en la historia todos tenemos responsabilidad, todos tenemos que hacer autocrítica. A todos nos toca el sayo.
Hablemos del futuro y para hablar del futuro a mi me gusta hablar de los niños. Esos niños que también forman parte del 27,5 por ciento de indigentes de este país. Esos niños, a los cuales la herramienta, que dice la Presidenta que sirve para la redistribución, no reciben el impacto.
Esta demostrado que, a veces, las herramientas no funcionan como uno quisiera.
Que mejor que en lugar de tener un Estado que se cree omnipotente para manejar los fondos y la renta de los individuos, que mejor que dejar, sin subestimar a la población, que ellos hagan la inversión.
No conozco ningún productor que se lleve la plata a Suiza o se lleve la plata al exterior. Los productores invierten en la Argentina, los productores invierten en viviendas, en obras de equipamiento urbano y esas viviendas le dan mano de obra al obrero, al albañil, al electricista, al plomero, le da mano de obra a la industria metalmecánica que desarrolla a los pueblos del interior
Quiero, simplemente pedirles que pensemos en el futuro, solicitarles que recapacitemos la posibilidad de tomarnos 30, 40, 90 días, para realmente en la conciliación, en el dialogo fraterno, buscar una solución que de garantías de paz social.
Lamento que hayamos llegado al nivel de discursos con la agresividad a la que hemos llegado. Esta bien que estamos en el Parlamento, que es el lugar, cual otro sino para debatir. Pero no creo que el tema y el conflicto que ha vivido el país en estos últimos cien días, amerite la forma de conducirnos sin agotar las instancias del diálogo sereno, producente y maduro como más de un diputado del oficialismo lo manifestó como anhelo.
Estamos ante la sanción de una ley, de la que se ha hablado mucho de su legalidad. Yo creo que más que demandarla por democratizar el proceso o, a parte de ese objetivo, estaba también el objetivo y quizás en esto disienta con mucho de los que han hablando, estaba el objetivo de blindarla jurídicamente para que la Suprema Corte no pueda revisarla
En el artículo 1 y 2 se le están ratificando legalmente las facultades al Ejecutivo y en el articulo 3ro. se le está dando el carácter de política nacional a la decisión de invertir los fondos que supuestamente serían confiscatorios en un fondo de redistribución a gusto y a decisión política que le es intrínseca por ser el poder de gobierno del ejecutivo.
No discutiremos la legalidad. Llegado el momento, seguramente, lo hará la Suprema Corte. A mi lo que me preocupa, por la beligerancia de los diálogos y del debate, me preocupa la legitimidad con que esta ley esta saliendo. Aluden y han aludido, más de una vez, que goza de legitimidad por los votos obtenidos, el 46 por ciento. Paradójicamente, en mi provincia, la Presidenta no ganó, que es la provincia que más aporta en retenciones de soja.
Pero más allá de eso, los otros días en la comisión, algún diputado del oficialismo habló de que la oposición con la foto del hoy y que esto en realidad era una película.
Este gobierno lamentablemente viene gobernando en función de una película de blanco y negro, una película de blanco y negro porque hace del revisionismo histórico una forma de gobierno, porque hace del contraste una forma de gobernar. Pone permanentemente unos contra otros, oligarquía versus pueblo. Creo que ha llegado el momento de dejar de hablar el pasado y la historia porque en la historia todos tenemos responsabilidad, todos tenemos que hacer autocrítica. A todos nos toca el sayo.
Hablemos del futuro y para hablar del futuro a mi me gusta hablar de los niños. Esos niños que también forman parte del 27,5 por ciento de indigentes de este país. Esos niños, a los cuales la herramienta, que dice la Presidenta que sirve para la redistribución, no reciben el impacto.
Esta demostrado que, a veces, las herramientas no funcionan como uno quisiera.
Que mejor que en lugar de tener un Estado que se cree omnipotente para manejar los fondos y la renta de los individuos, que mejor que dejar, sin subestimar a la población, que ellos hagan la inversión.
No conozco ningún productor que se lleve la plata a Suiza o se lleve la plata al exterior. Los productores invierten en la Argentina, los productores invierten en viviendas, en obras de equipamiento urbano y esas viviendas le dan mano de obra al obrero, al albañil, al electricista, al plomero, le da mano de obra a la industria metalmecánica que desarrolla a los pueblos del interior
Quiero, simplemente pedirles que pensemos en el futuro, solicitarles que recapacitemos la posibilidad de tomarnos 30, 40, 90 días, para realmente en la conciliación, en el dialogo fraterno, buscar una solución que de garantías de paz social.
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