Esta medida lesiona profundamente la economía argentina y le tiende una trampa mortal a los pueblos agroganaderos del interior del país. Quienes venimos llamando al debate vemos que este Gobierno juega al todo o nada, llevándonos a un enfrentamiento y demostrando su típica actitud intolerante que durante 16 años supo exhibir en la provincia de Santa Cruz. Sobre esto sobran pruebas: el policía asesinado de Las Heras, la periodistas baleada, y la 4x4 mucho más lujosa que las de nuestros chacareros que atropelló a una veintena de manifestantes docentes que protestaban pacíficamente. Queremos aclararles que de ninguna manera queremos colocar palos en la rueda a la presidenta, pero debemos dejar en claro y advertirle que el mandato no es para hacer lo que ella quiera y se le de en ganas. El mandato es temporal, el mandato es administrativo, el mandato es de correcta gobernabilidad.
Y no deben existir descalificativos a quien disiente, como le ha pasado a la gente del campo, al cual este gobierno ha llamado golpista. El diálogo no es posible cuando los mensajes son permanentemente confrontativos. Y si bien el envío de este proyecto al Congreso de la Nación para que debatamos el tema de las retenciones lo recibimos con alegría, pero creemos que el paso dado por la Presidenta ha sido tarde. La grandeza de un mandatario reside en reconocer errores, en saber ceder, saber retroceder y en la interpretación que los argentinos depositaron su confianza en ella y que la actitud reflexiva no sea tomada como una debilidad sino como un gesto de grandeza institucional y de comprensión personal de los problemas reales de los ciudadanos más allá de los objetivos políticos de un gobierno.
Este Gobierno critica a quienes se convocan de manera espontánea, cuyo costo de comunicación es sólo un simple llamado, el envío de un mail o un mensaje de texto, y pagados por ellos mismos. En cambio todos los argentinos pagamos las costosas convocatorias que hace el gobierno con los spots publicitarios, las pegatinas, las movilizaciones de D´Elía, los colectivos de Ciriliano e inclusive los sandwiches de Ruddy Ulloa.
Los pobladores de las zonas rurales, sean productores agropecuarios o no, son todos habitantes del interior, todos se formaron en el trabajo y el silencio. Son ciudadanos que rara vez levantan la voz para protestar. Los productores son gente de trabajo, cuyas únicas armas son sus manos y sus herramientas que cultivan la tierra con el esfuerzo personal, económico e intelectual.
Queremos contribuir al diálogo. En realidad, esta ley enviada por el Poder Ejecutivo tiene una trampa normativa y numerosas trampas puntuales. La trampa del artículo 2 de este proyecto tiene una clara intencionalidad, no solo reitera la ratificación del artículo primero, sino mucho peor, porque de aprobarse aquí delegaría las facultades potestativas de legislar a favor del Poder Ejecutivo nacional y basándose en una norma del gobierno de facto al delegar potestades al Ejecutivo que la reforma constitucional prohibió expresamente. Y ahora es más grave aún porque deja la puerta abierta a la delegación del artículo 755 del Código Aduanero, reviviendo una norma que con toda razón mató la reforma constitucional de 1994.
El artículo primero del proyecto oficial lo rechazamos porque nos quiere convertir en simple fedatarios de una norma que es absolutamente inconstitucional.
Estas retenciones sólo traerán pérdidas de mercados externos, riesgos de sanciones en el Mercosur y posibilidad cierta de disminución productiva.
Y no deben existir descalificativos a quien disiente, como le ha pasado a la gente del campo, al cual este gobierno ha llamado golpista. El diálogo no es posible cuando los mensajes son permanentemente confrontativos. Y si bien el envío de este proyecto al Congreso de la Nación para que debatamos el tema de las retenciones lo recibimos con alegría, pero creemos que el paso dado por la Presidenta ha sido tarde. La grandeza de un mandatario reside en reconocer errores, en saber ceder, saber retroceder y en la interpretación que los argentinos depositaron su confianza en ella y que la actitud reflexiva no sea tomada como una debilidad sino como un gesto de grandeza institucional y de comprensión personal de los problemas reales de los ciudadanos más allá de los objetivos políticos de un gobierno.
Este Gobierno critica a quienes se convocan de manera espontánea, cuyo costo de comunicación es sólo un simple llamado, el envío de un mail o un mensaje de texto, y pagados por ellos mismos. En cambio todos los argentinos pagamos las costosas convocatorias que hace el gobierno con los spots publicitarios, las pegatinas, las movilizaciones de D´Elía, los colectivos de Ciriliano e inclusive los sandwiches de Ruddy Ulloa.
Los pobladores de las zonas rurales, sean productores agropecuarios o no, son todos habitantes del interior, todos se formaron en el trabajo y el silencio. Son ciudadanos que rara vez levantan la voz para protestar. Los productores son gente de trabajo, cuyas únicas armas son sus manos y sus herramientas que cultivan la tierra con el esfuerzo personal, económico e intelectual.
Queremos contribuir al diálogo. En realidad, esta ley enviada por el Poder Ejecutivo tiene una trampa normativa y numerosas trampas puntuales. La trampa del artículo 2 de este proyecto tiene una clara intencionalidad, no solo reitera la ratificación del artículo primero, sino mucho peor, porque de aprobarse aquí delegaría las facultades potestativas de legislar a favor del Poder Ejecutivo nacional y basándose en una norma del gobierno de facto al delegar potestades al Ejecutivo que la reforma constitucional prohibió expresamente. Y ahora es más grave aún porque deja la puerta abierta a la delegación del artículo 755 del Código Aduanero, reviviendo una norma que con toda razón mató la reforma constitucional de 1994.
El artículo primero del proyecto oficial lo rechazamos porque nos quiere convertir en simple fedatarios de una norma que es absolutamente inconstitucional.
Estas retenciones sólo traerán pérdidas de mercados externos, riesgos de sanciones en el Mercosur y posibilidad cierta de disminución productiva.
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