Durante todo este tiempo hemos dicho que era necesario convencer y no vencer. Si esta ley se aprueba no nos habrán convencido y tampoco nos habrán vencido. Y tampoco habrán vencido ni convencidos a nuestros chacareros, a quien nadie va a poner de rodillas.
Yo creo que este Congreso de la Nación, como dijo el diputado Sarghini no puede cometer la torpeza de convertir en ley la causa que motivó el conflicto. El Congreso de la Nación no puede perder la oportunidad que tiene de legislar en beneficio de la paz social y del progreso de la Nación, porque esa es nuestra misión. Ninguna ley puede impulsar la discordia entre el pueblo argentino. Sería un acto de extrema torpeza. Si nosotros no resolvemos el conflicto otros lo resolverán. Lo resolverá la Corte o lo resolverán las rutas, no lo permitamos. Nosotros debemos resolver este conflicto.
La Argentina no necesita cortes de ruta. Y tampoco que una ley votada por las mayorías parlamentarias pueda ser resuelta por la Corte Suprema de Justicia. No hay que crear antinomias. En estos días hemos escuchado discursos de todos lados de altísimo espíritu de confrontación, por esto estamos convocando a la paz social. Pero escuché un discurso que me llamó la atención, y a lo mejor en el error de ese discurso puede estar la matriz que no nos permite resolver este conflicto. Alguien por ahí quiso enfrentar a la clase media argentina con la clase trabajadora. Quizás no comprendió el valor genético de nuestra clase social en la Argentina. Desde el pensamiento de Sarmiento, pasando por Carlos Pellegrini, Hipólito Yrigoyen y Juan Perón, los inmigrantes argentinos y los obreros argentinos se convirtieron en clase media. Los obreros argentinos son clase media.
La clase media no es un problema de billetera, no es un problema de bolsillo. La clase media es una actitud, la que tuvieron nuestros abuelos inmigrantes, que trabajaron para que sus hijos estuvieran mejor que nosotros. Esa es la clase media, el que tiene la voluntad de que sus hijos estén mejor que ellos.
Desde el punto de vista constitucional las retenciones tal como se cobran son confiscatorias, porque como se cobra sobre el bruto, nadie sabe cuál es la utilidad. Si un chacarero tiene un 30 % de utilidad y la retención es del 40 %, le están robando un 10 % de propiedad privada, que es la que nosotros debemos defender. Y Es inconstitucional la norma de la resolución 125 porque delega en el Poder Ejecutivo una facultad extrema que solamente le corresponde al Congreso de la Nación.
Lo dijo la presidenta hace dos días: “Por un puñado de dólares”. Tiene razón, estamos frente a un presupuesto de 200.000 millones y estamos discutiendo 1.000 millones. Por un puñado de dólares, este conflicto no tiene sentido.
En campaña, la presidenta consideró que la clave para seguir creciendo es abandonar el sesgo primario de la producción y darle valor agregado a las exportaciones. Y comparó que una tonelada de exportación de la industria automotriz equivale a 25.000 dólares, mientras que una tonelada de la matriz del campo representa 240 dólares. Absolutamente tiene razón la presidenta. Pero estoy convencido de que este ataque al entramado agroindustrial comercial es un abandono del pacto electoral. Por eso cuando muchos diputados oficialistas dicen que la presidenta tiene derecho a hacer lo que hace porque ganó la elección, yo les digo que ganar la elección significa primero un pacto constitucional, no violar la ley, y segundo cumplir con ese pacto que se prometió en la campaña. La presidenta nos prometió sacarnos del subdesarrollo convirtiendo nuestras riquezas primaras en riquezas con valor agregado y con trabajo acumulado. Eso es lo que no se está cumpliendo.
Hay que trabajar e incentivar las inversiones de riesgo. Me duele mucho tener que reconocer lo que está haciendo Brasil. El presidente Lula hace 2 días en Curitiba juntó a los trabajadores agropecuarios y les dio 48.000 millones de dólares en crédito para la próxima cosecha. Para que inviertan en maquinarias, en semillas, en fertilizantes. Y les dijo que en Brasil no hay retenciones. Y dijo algo más grave: ojo, no dependamos del trigo argentino. Eso significa que nuestro país genera para afuera incertidumbre. No certidumbre, que es lo que atrae inversiones.
Además, hay que saber lo que han subido los insumos que usan los chacareros en el campo. Se disparó el precio del petróleo, y como en casi 100 años de vida industrial no hemos sido capaces de producir nosotros esos insumos. Fertilizantes, agroquímicos, maquinarias agrícolas, tenemos que importarlas hoy a valor petróleo. ¿Cómo se computa esto a la hora de verificar si las retenciones son o no son confiscatorias?
Yo creo que este Congreso de la Nación, como dijo el diputado Sarghini no puede cometer la torpeza de convertir en ley la causa que motivó el conflicto. El Congreso de la Nación no puede perder la oportunidad que tiene de legislar en beneficio de la paz social y del progreso de la Nación, porque esa es nuestra misión. Ninguna ley puede impulsar la discordia entre el pueblo argentino. Sería un acto de extrema torpeza. Si nosotros no resolvemos el conflicto otros lo resolverán. Lo resolverá la Corte o lo resolverán las rutas, no lo permitamos. Nosotros debemos resolver este conflicto.
La Argentina no necesita cortes de ruta. Y tampoco que una ley votada por las mayorías parlamentarias pueda ser resuelta por la Corte Suprema de Justicia. No hay que crear antinomias. En estos días hemos escuchado discursos de todos lados de altísimo espíritu de confrontación, por esto estamos convocando a la paz social. Pero escuché un discurso que me llamó la atención, y a lo mejor en el error de ese discurso puede estar la matriz que no nos permite resolver este conflicto. Alguien por ahí quiso enfrentar a la clase media argentina con la clase trabajadora. Quizás no comprendió el valor genético de nuestra clase social en la Argentina. Desde el pensamiento de Sarmiento, pasando por Carlos Pellegrini, Hipólito Yrigoyen y Juan Perón, los inmigrantes argentinos y los obreros argentinos se convirtieron en clase media. Los obreros argentinos son clase media.
La clase media no es un problema de billetera, no es un problema de bolsillo. La clase media es una actitud, la que tuvieron nuestros abuelos inmigrantes, que trabajaron para que sus hijos estuvieran mejor que nosotros. Esa es la clase media, el que tiene la voluntad de que sus hijos estén mejor que ellos.
Desde el punto de vista constitucional las retenciones tal como se cobran son confiscatorias, porque como se cobra sobre el bruto, nadie sabe cuál es la utilidad. Si un chacarero tiene un 30 % de utilidad y la retención es del 40 %, le están robando un 10 % de propiedad privada, que es la que nosotros debemos defender. Y Es inconstitucional la norma de la resolución 125 porque delega en el Poder Ejecutivo una facultad extrema que solamente le corresponde al Congreso de la Nación.
Lo dijo la presidenta hace dos días: “Por un puñado de dólares”. Tiene razón, estamos frente a un presupuesto de 200.000 millones y estamos discutiendo 1.000 millones. Por un puñado de dólares, este conflicto no tiene sentido.
En campaña, la presidenta consideró que la clave para seguir creciendo es abandonar el sesgo primario de la producción y darle valor agregado a las exportaciones. Y comparó que una tonelada de exportación de la industria automotriz equivale a 25.000 dólares, mientras que una tonelada de la matriz del campo representa 240 dólares. Absolutamente tiene razón la presidenta. Pero estoy convencido de que este ataque al entramado agroindustrial comercial es un abandono del pacto electoral. Por eso cuando muchos diputados oficialistas dicen que la presidenta tiene derecho a hacer lo que hace porque ganó la elección, yo les digo que ganar la elección significa primero un pacto constitucional, no violar la ley, y segundo cumplir con ese pacto que se prometió en la campaña. La presidenta nos prometió sacarnos del subdesarrollo convirtiendo nuestras riquezas primaras en riquezas con valor agregado y con trabajo acumulado. Eso es lo que no se está cumpliendo.
Hay que trabajar e incentivar las inversiones de riesgo. Me duele mucho tener que reconocer lo que está haciendo Brasil. El presidente Lula hace 2 días en Curitiba juntó a los trabajadores agropecuarios y les dio 48.000 millones de dólares en crédito para la próxima cosecha. Para que inviertan en maquinarias, en semillas, en fertilizantes. Y les dijo que en Brasil no hay retenciones. Y dijo algo más grave: ojo, no dependamos del trigo argentino. Eso significa que nuestro país genera para afuera incertidumbre. No certidumbre, que es lo que atrae inversiones.
Además, hay que saber lo que han subido los insumos que usan los chacareros en el campo. Se disparó el precio del petróleo, y como en casi 100 años de vida industrial no hemos sido capaces de producir nosotros esos insumos. Fertilizantes, agroquímicos, maquinarias agrícolas, tenemos que importarlas hoy a valor petróleo. ¿Cómo se computa esto a la hora de verificar si las retenciones son o no son confiscatorias?
El presidente del Bloque de Diputados nacionales de la UCR en el debate sobre retenciones en la Cámara baja
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